
Hablar de la transformación musical que ha experimentado
JAMES LABRIE desde sus inicios, es hablar también de la evolución que ha sufrido la música de
Dream Theater desde que iniciaron su andadura en 1989. De hecho, la voz de
Labrie siempre ha sido un elemento de controversia entre los fans del grupo.
Su debut con
Dream Theater en
Images & Words (1992),
procedente del grupo de hard rock
Winter Rose, significó el espaldarazo musical para la banda ya que
Charlie Dominici, un cantante demasiado enraízado con el heavy melódico, estaba siendo algo así como una especie de rémora después del primer trabajo oficial de la banda. Con
Labrie en plenitud, el grupo eclosionó con un sonido que ha creado escuela en el metal progresivo. Todos eran virtuosos, también un
James Labrie que desplegaba altísimos registros vocales y un maravilloso vibrato (la lenta
Another Day es una espectacular muestra de ello).
Live At The Marquee (1993) representa una gran exhibición vocal de Labrie en directo, donde además da otra dimensión a los temas que había grabado
Dominici.
Awake (1994) es para muchos el nivel más álgido de la banda, pero además representa un punto de inflexión en la voz de
Labrie: a partir de este álbum, su estilo empezaría a cambiar. Su cante agresivo, ultra-agudo, a ratos desgarrado, contribuía a crear una atmósfera mágica y oscura en aquel álbum. Fue la última gran demostración de virtuosismo vocal en estudio de
Labrie, porque en la gira posterior tuvo un grave accidente vocal que iba a condicionar su manera de cantar.
Hay que reconocer que el estilo de
Dream Theater no sólo cambió por
Labrie: después de esa gira se marchó el teclista original del grupo,
Kevin Moore, lo cual también iba afectar bastante a la composición musical. En el EP
A Change Of Seasons (1995),
Labrie ya muestra un estilo más grave y pausado, que no evidencia aún el cambio estilístico porque el tema es mayoritariamente instrumental y la parte vocal no es muy comprometedora. El EP es una de las obras más inspiradas de la banda, por cierto.
La transformación de estilo se manifiesta ya claramente en
Falling Into Infinity (1997), donde
Labrie evita las líneas especialmente agudas, alarga lo mínimo posible los vibratos y abusa de los tonos nasales como si no quisiera arriesgar la garganta...Es un sonido más moderno para la época, que huye de los rasgos
heavy más evidentes, incluso rozando en alguna ocasión los tonos popperos. Esto, y las propias composiciones del grupo (ya sin
Moore), dan a ese álbum un aire más accesible y comercial que los anteriores.
Cuánto hay de limitación vocal y cuánto de precaución en el cambio de estilo de
Labrie, es difícil saberlo.
Scenes From A Memory (1999), es uno de los mejores álbums del grupo pero está limitado por la cautelosa voz de
Labrie. En cambio, es curioso cómo en su trabajo en solitario
Mullmuzzler (1999) mostraba un estilo más agresivo y directo, retomando algunos vibratos y atreviéndose con notas bastante agudas; algo que ya no se aprecia igual en la segunda parte
Mullmuzzler (2001),
más ligera y con demasiado contenido acústico.
En
Six Degrees Of Inner Turbulence (2002), la voz de
Labrie flaquea en los pasajes más potentes, como en la soberbia
The Glass Prison donde se echa en falta un plus de agresividad vocal.
Y en
Train Of Thought (2003), un álbum orientado a los riffs de guitarra de
Petrucci,
Labrie parece absolutamente fuera de su hábitat. En cambio,
se muestra más inspirado en su proyecto propio
Frameshift,
Unweaving The Rainbow (2003), de corte mucho más ligero, orientado a la voz y plagado de momentos acústicos, donde
Labrie demuestra haber adquirido interesantes recursos vocales más afines a un estilo
hard rock suave que
progmetal.
En los trabajos más recientes con el grupo,
Octavarium (2005) y
Systematic Chaos (2007),
igual que en su trabajo en solitario
Elements Of Persuasion (2005), la voz de
Labrie va alcanzando nuevos y diferentes matices, dando más color a los tonos bajos y potenciando las composiciones lentas y "amables", algo que en mi opinión ha ablandado excesivamente el sonido de
Dream Theater y le ha restado la épica y profundidad de antaño. Sinceramente, se echa en falta un estilo vocal que
Labrie parece no poder ofrecer, salvo en determinados pasajes y con alguna afortunada excepción como
In The Presence Of Enemies Pt2. La propia música de
Dream Theater se ha vuelto demasiado bipolar: pasa del extremo más metalero a la balada acústica más blanda, pero ya no queda mucha de la magia melódica y conceptual de los inicios.
Todo ello ha hecho de
Labrie un vocalista con más recursos, con un timbre de voz más nasal y cálido, pero cada vez menos apropiado para composiciones de metal progresivo. En un sonido de riffs rudos, antes podía cantar notas agudas y desgarradas; hoy trata de emular a
Phil Anselmo,
Hetfield y cía, pero su voz no parece adecuada a ello. Sigue siendo bueno, y lo demuestran sus trabajos en solitario, pero fue excepcional en la mejor época de
Dream Theater. La duda es ...¿
Labrie transformó el sonido de
Dream Theater o
Dream Theater el de
Labrie?