viernes, 19 de diciembre de 2008

Reinventarse hasta el infinito

SIEGES EVEN no es una banda, sinó varias. Sólo hay que observar las distintas fases que componen una discografía repartida entre los últimos 20 años. Y es que cada una de sus etapas está marcada por un sonido muy diferenciado de las otras, probablemente por los cambios entre sus componentes y por los largos paréntesis entre ellas.

Banda emprendedora del metal progresivo, es interesante conocer su personalísimo estilo ya que ha sido influencia de bandas actuales aunque, aviso para navegantes, puede no ser fácil introducirse en su sonido.

A finales de los 80 practicaban un heavy metal sofisticado, muy ecléctico e inquietante, y nada fácil de digerir. Life Cycle (1988) es técnico y guitarrero, con buenos detalles metaleros pero muchas carencias vocales. Steps (1990) y A Sense Of Change (1991) son más refinados, con mayor presencia acústica y bastante influenciados por el sonido de Rush pero en una vertiente oscura. En A Sense Of Change el cambio de vocalista, mejora claramente el trabajo de voz, aunque las composiciones son bastante orientadas a lo instrumental.

La segunda etapa del grupo, a mediados de los 90, está marcada por la marcha de su guitarrista y co-fundador, Marcus Steffen, lo cual genera un cambio importante en la dirección del grupo. No obstante, el sonido en Sophisticated (1995) y Uneven (1997) no deja de ser ecléctico y genuino. La incorporación de Wolfgang Zenk contribuye a un sonido menos oscuro aunque más contundente que en los dos trabajos anteriores. Es una especie de funk metal progresivo, más desenfadado y también orientado al trabajo instrumental, que es magnífico. Zenk es un verdadero mago de la guitarra eléctrica y poseedor de interminables recursos técnicos (su proyecto 7for4 es una joya).

La tercera y última etapa (hasta la fecha), también se diferencia claramente de las anteriores.
The Art Of Navigating By The Stars (2005) y Paramount (2007) son más ligeros y accesibles, especialmente en Paramount. El regreso de Steffen a la guitarra, junto con un nuevo vocalista, le da al grupo un fuerte toque AOR. Ambos trabajos destacan por la buena calidad de sonido y los cuidados arreglos melódicos, aunque en esta etapa la música suena bastante más comercial .

En definitiva, curiosa discografía formada por tres etapas muy diferentes entre sí. Aunque seguramente la primera etapa sea la más representativa e innovadora del grupo, me quedo con el alocado virtuosismo de la segunda. Veremos si hay una cuarta...


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viernes, 5 de diciembre de 2008

La sinfonía de Stephan


La super banda de Stéphan Forté, ADAGIO, tiene previsto su próximo lanzamiento discográfico para principios del año que viene. Los avances apuntan a un cierto cambio de estilo hacia un sonido más oscuro y poderoso.

El grupo francés de metal sinfónico siempre ha tenido un importante ascendente en la música de Symphony X, si bien en los inicios sonaba más neoclásico (con reminiscencias de Rhapsody o Yngwie Malmsteen), tal como se percibe en su primer trabajo Sanctus Ignis (2001) (*); el álbum está bien realizado y tiene apreciables detalles de virtuosismo, sobretodo por parte de la guitarra de Forté, aunque resulta demasiado convencional y previsible para las posibilidades de la banda.

Su segundo trabajo, Underworld (2003) (**), mejora las credenciales aun a falta de cierta contundencia sonora. Es más oscuro y conceptual, las composiciones son más complejas y tienen bastantes interludios instrumentales, además de las constantes ambientaciones orquestales. Las referencias musicales a Symphony X son más intensas en este álbum, algo en lo que también tiene mucho que ver su vocalista David Readman, que tiene un timbre de voz a lo Russell Allen con algo de Jorn Laande (¡casi nada!).

Dominate (2005) (***), su tercer y último trabajo hasta la fecha, representa la cumbre musical del grupo. El cambio de vocalista no sólo no perjudicó a la banda sinó que contribuyó a enriquecer el sonido de Adagio: el brasileño Gus Monsanto lo borda absolutamente en este álbum, añadiendo matices nuevos (como algún detalle death en la voz) y dando un cierto giro vocal a lo Angra. El álbum es menos complejo y oscuro en la composición que Underworld, pero la guitarra suena más poderosa que nunca y las melodías son muy inspiradas. Mención aparte merecen los pasajes solistas de Stephan Forté a la guitarra, con una técnica depuradísima a la que suma un gran feeling y un maravilloso vibrato. En general, el trabajo es menos progresivo que el anterior pero tiene un sonido moderno.

Para el que será su cuarto álbum, otro de los principales cambios es nuevamente la voz: el uruguayo Christian Palin sucede a Monsanto, por lo que habrá que ver si este nuevo cambio de dirección vocal le sienta tan bien al grupo como le sentó el anterior. En pocos meses lo sabremos.


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