Metal con honores

SOILWORK es una reconocida banda sueca que ha contribuido valiosamente en los últimos años al desarrollo del metal actual. Su combinación de fuerza metalera y melodía, alternando voces limpias y voces con tendencia "death", ha trazado el camino (con permiso de Fear Factory) para otras bandas como Scar Symmetry, Tracedawn o incluso Vintersorg, por decir varias.

En sus inicios hace más de 10 años, su sonido tenía cierta proximidad a bandas como At The Gates, por las voces salvajes, ritmos acelerados y atmósferas death. The Chainheart Machine (2000) es un buen trabajo en esa línea.

No obstante, la banda ha ido experimentando una transformación paulatina que tuvo su segunda etapa en los álbums A Predator's Portrait (2001) y Natural Born Chaos (2002), posiblemente los mejores de su discografía. En esta segunda etapa la banda empezó a desarrollar la combinación entre voz death y melódica (a menudo en los estribillos). Los riffs suenan muy definidos y se mantiene la presencia activa de los teclados para crear atmósferas.

A partir de ahí la banda ha tendido a un power metal contundente pero más convencional, con un estilo vocal más accesible (dentro del género) que en algún momento puede incluso recordar a bandas mainstream como Linkin Park.

Banda orientada al riff de guitarra siempre potente, tiene buena calidad solista aunque curiosamente no se recrea mucho en este aspecto.

Propuesta musical para fans metaleros que valoran una cierta calidad técnica y melódica, pero que puede interesar también a seguidores del sonido progresivo en su vertiente más potente.


LO MEJOR: riffs demoledores; interesante dualidad vocal en algunos álbums
UN TEMA: Like The Average Stalker

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Malabarismo y espontaniedad

...así se podría resumir el sonido de la banda instrumental 7FOR4, dirigida por el virtuoso guitarrista Wolfgang Zenk y que cuenta también con una brillante labor de batería, bajo y teclado a su alrededor.

Zenk, conocido por su magnífico trabajo en Sieges Even, despliega un interminable abanico de impresionantes recursos técnicos para conducir una propuesta musical donde se cruzan influencias muy diversas como el jazz o el funk, entre otras, dentro de un contexto metalero.

El resultado es un proyecto experimental, desenfadado, con una gran calidad de producción y de sonido, en el que hay lugar para diabluras instrumentales en forma de riffs alocados, solos de bajo, dúos de teclado y guitarra, fragmentos acústicos y bellos temas lentos donde luce el sonido colorista y limpio de la guitarra de Zenk.

De los tres álbums que componen su discografía, destaca el genial Diffusion (2008) (***), en mi opinión una obra maestra del metal progresivo instrumental. Los anteriores, Contact (2001) (*) y Time (2004) (*), son también buenos trabajos instrumentales, algo más discontinuos aunque llenos de calidad.

Banda imprescindible para cualquier seguidor de rock progresivo instrumental, para aficionados a fusion-rock y, por supuesto, para quienes gusten del virtuosismo guitarrero.


LO MEJOR: las virguerías de la guitarra de Zenk
UN TEMA: Emoctify

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Clásicos pero seguros

Hay que reconocer a los británicos THRESHOLD que siempre han sido honestos a su sonido. Su andadura oficial toma inicio en el año 1993 con Wounded Land y desde entonces han seguido una línea muy coherente en cuanto a su propuesta metaloprogresiva.

Su sonido siempre ha estado cercano al heavy metal tradicional sobretodo por los riffs ásperos y contundentes de la guitarra de Karl Groom, aunque el concepto de su música es más amplio: la profundidad melódica de los estribillos, con raíces AOR, y la participación activa de los teclados les ha granjeado un status "progresivo" junto a otros veteranos como Fates Warning, Dream Theater, Sieges Even o Vanden Plas.

Sin cuestionar su innegable talante progresivo, sobretodo por las reminiscencias a Rush, hay que reconocer que la música de THRESHOLD es accesible para cualquier oído acostumbrado al sonido guitarrero, de hecho las bases rítmicas suelen ser bastante convencionales y la composición está más orientada a la melodía que a lo experimental. Se podría decir que son la versión dura y progresiva de bandas como Survivor o Toto.

En esto tiene mucho que ver el estilo vocal del grupo, que desde el principio se desmarcó de las bandas heavy de la época (y también de muchas bandas de metal progresivo actual), lideradas por voces más andróginas. Los distintos vocalistas son de un corte similar, más basados en el sentido colectivo de la composición que en el virtuosismo vocal.

Antes de la llegada de Andrew McDermott en 1998, con quien el grupo grabó la mayoría de trabajos (7), estuvieron los vocalistas Damian Wilson y Glynn Morgan (sólo grabó Psychedelicatessen (1994) pero es un buen álbum). Pero es en esa segunda etapa cuando la banda ha compuesto grandes temas para el recuerdo y ha mejorado visiblemente a nivel colectivo e individual (los fraseos de Groom cada vez suenan mejor). El reciente Dead Reckoning (2007) es una buena prueba de que la banda sigue elaborando interesantes trabajos después de 17 años...

Clásicos dentro del metal progresivo y fieles a su sonido, THRESHOLD son una apuesta segura para escuchar buen metal progresivo sin sorpresas.


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Breves sugerencias progresivas

VOTUM: banda polaca bastante reciente que despliega un sonido enigmático y melancólico, a medio camino entre Indukti y Circus Maximus aunque sin grandes pretensiones técnicas, pues donde destaca es en los pasajes más lentos y atmosféricos.

PLANET ALLIANCE: interesante proyecto creado en 2006, y sin continuación hasta la fecha, formado por un bien escogido elenco de músicos, y en el que destaca el trabajo vocal del siempre fiable Mike Andersson (Cloudscape), así como las espectaculares intervenciones de C.J. Grimmark y Mattias Ia Eklundh a la guitarra, en un trabajo de metal melódico fresco, moderno y con buenas melodías.

AMARAN'S PLIGHT: proyecto formado por una selección de músicos del género, bastante progresivo, dirigido por Gary Wehrkamp (Shadow Gallery) y con la dirección vocal del gran D.C. Cooper. El trabajo es un gran muestrario de melodías, coros y pasajes instrumentales diversos al estilo de una gran opera rock con una cuidada calidad de producción y ejecución, y que por momentos recuerda al sonido de los propios Shadow Gallery.




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El poderío sinfónico

La audacia metalo-sinfónica de los estadounidenses SUSPYRE volvió el pasado año con el álbum When Time Fades... (2008) (*), el tercero de una joven discografía.

Más sosegado que los anteriores, tiene cuidados arreglos instrumentales y es también bastante orquestal, aunque las melodías enganchan menos y resulta un tanto discontinuo.

Los dos anteriores trabajos, The Silvery Image (2005) (**) y A Great Divide (2007) (***), sonaban más rápidos y enérgicos, con estribillos de corte épico que parecían himnos. Brillantes ambos álbums. Algo se perdió en cierta forma en este último trabajo.

En cualquier caso, hablar de SUSPYRE es hablar de una espectacular banda musical, más cercana al heavy épico que al progmetal, si bien con un sonido bastante sofisticado. Cercanos en algunas cosas a Symphony X, aunque más épicos que neoclásicos, son destacables la plenitud de sus estribillos, sus riffs vigorosos, y en general su sonido compacto.

La guitarra de Greg Rossetti es muy destacable por la calidad de los arreglos y dúos (con un aire al Symphonica Milennia de Zanister), y también por la de los solos, con figuras técnicas interesantes y un tono muy característico.

La voz de Clay Barton es también fácilmente reconocible y encaja a la perfección en el sonido del grupo: no es excesivamente aguda pero llega bien a los registros necesarios y es capaz de aumentar la intensidad en los pasajes más potentes.

No hay que perderse sus melodías álgidas y apoteósicas...

Banda recomendable al máximo.




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Esencia melódica

Una larga trayectoria y una no menos extensa discografía (8 álbums), avalan la música de los italianos LABYRINTH.

A mediados de los 90, cuando iniciaron su andadura, recordaban al estilo heavy de los Helloween post-Hansen: temas rápidos y guitarreros con estribillos de gran contenido melódico y la voz aguda de Roberto Tiranti (que rápidamente hizo olvidar a Fabio Tordiglione cuando éste se unió a los Rhapsody). No obstante, el sonido de Labyrinth siempre se ha distanciado del de otras bandas como los propios Rhapsody, Stratovarius, Sonata Arctica o Edguy.

No suenan épicos ni neoclásicos, pero consiguen crear melodías tremendamente pegadizas en las que Roberto Tiranti tiene un importante papel, con su timbre agudo y a ratos melancólico. La guitarra de Andrea Cantarelli merece también mención especial, con solos de destacable nivel técnico, que aumentan la calidad de la propuesta.

Sus primeros cuatro trabajos, en la década de los 90, estaban más orientados al heavy, si bien alejándose de algunos estereotipos musicales y simbólicos del género. Su mejor trabajo en esta fase es seguramente Return To Heaven Denied (1998).

A partir de los 2000, con el lanzamiento de su obra más redonda, Sons Of Thunder (2000), empiezan a modelar su sonido hacia otras direcciones, y reducen la velocidad de los temas. Freeman (2005) es la culminación de esta evolución musical, con temas interesantes y ya accesibles a nuevos públicos mediante un sonido más ligero, si bien en 6 Days To Nowhere (2007) el sonido empieza a ser menos reconocible y excesivamente comercial.

En cualquier caso, nadie podrá negar el valor melódico de la música de Labyrinth, tanto cuando practicaban un sonido más heavy como con la apuesta más actual que han exhibido en los últimos álbums.

Merecen, como mínimo, una ojeada a su discografía.


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Genialidad brasileña

FREAKEYS es un proyecto experimental impulsado hace algún tiempo por varios miembros de la ya mítica banda brasileña, Angra. El resultado es una verdadera joya de la música metal-progresiva, bautizada con el mismo nombre del grupo, Freakeys (2006) (***).

El proyecto, por su altísimo nivel de inspiración y por su brillante ejecución, está a la altura del Liquid Tension Experiment de John Petrucci y Mike Portnoy (Dream Theater). Estilísticamente también tienen mucho que ver, ya que se trata de una obra totalmente instrumental y con una orientación más progresiva que heavy, en comparación con las bandas originales de los respectivos proyectos.

A pesar de que no participa en el proyecto el alma de Angra, Kiko Loureiro, no se echa de menos su magia guitarrera porque Eduardo Martínez (Hangar) hace un buen trabajo, aun desempeñando un papel secundario. Y es que el protagonista del proyecto es el teclista de Angra, Fabio Laguna, con un memorable trabajo que multiplica la calidad de los temas en cada intervención.

Son temas cortos y variados, donde el teclado dirige la línea melódica pero la actuación de batería, bajo y guitarra es compacta y contundente. Todos los temas tienen gancho y pueden llegar a sonar amenos hasta para los no iniciados en este tipo de música.

En los últimos tiempos la escena brasileña se ha mostrado muy activa en el panorama metal/progresivo, con algunas aportaciones verdaderamente geniales. Ésta es una de ellas.

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La fiera desatada

Mientras muchos ya andamos esperando la nueva entrega discográfica de Nevermore, la bestia parda del grupo nos regaló el pasado año un poderoso álbum en solitario para ir haciendo boca.

El trabajo del descomunal guitarrista JEFF LOOMIS, Zero Order Phase (2008) (**), es un muestrario de recursos técnicos y de acrobáticos ejercicios guitarrísticos que no están al alcance de muchos colegas suyos.

Y es que Jeff parecía necesitar un trabajo en solitario para liberar su indudable instinto de ínterprete solista. Su técnica de alternate picking es brillante y definida, con fraseos a altísima velocidad, y los pasajes de sweep picking son demoledores. Pero en Jeff Loomis es también destacable el depurado sonido que obtiene de su guitarra, luciéndose en fragmentos lentos al más puro estilo del legendario Jason Becker. La influencia del sonido neoclásico, con muchas reminiscencias al tándem Becker-Friedman (Cacophony), es más patente aquí que en los trabajos con Nevermore.

Pero el álbum es también una nueva ocasión para reafirmar que Loomis es uno de los mejores creadores de riffs metaleros desde Hetfield, Mustaine y Dimebag Darrell. Bases de guitarra aplastantes que nos retrotaen inevitablemente al sonido de Nevermore y que dan más alicientes al álbum que la ya de por sí admirable demostración técnica.

Recomendable la escucha.


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Twilight: los orígenes

Como si de una saga como Matrix, Star Wars o Terminator se tratara, muchos conocerán la historia de TWILIGHT por su final y no por sus inicios: a través de Beyond Twilight (véase blog del 25/4/08).

A pesar de que el éxito de Beyond Twilight es bastante reciente, los orígenes de la banda se remontan a mediados de los 90, cuando entonces se hacían llamar Twilight. En el sonido de aquella banda ya se apreciaba una interesante combinación entre melodía y oscuridad, fundamentada entre riffs heavy y agudas líneas vocales, todo lo que luego se manifestaría en la segunda época del grupo.

Lo cierto es que los dos trabajos del grupo, The Edge (2000) (**) y Eye For An Eye (2001) (**), reeditados de álbums anteriores de los 90, son realmente apreciables. El sonido es menos oscuro y progresivo que el de Beyond Twilight, pero ya apunta las líneas.

The Edge tiene un encantador aire a heavy melódico de los 80, con peculiares bases de teclado que te trasladan a Pesadilla En Elm Street, Halloween o Viernes 13, y una excepcional calidad vocal en el trabajo de Anders Engberg (destacable en proyectos como Section A o Book Of Reflections, entre otros). De hecho, la presencia de vocalistas con extraordinaria y aguda voz siempre ha caracterizado la música de ambas bandas, Twilight y Beyond Twilight. Eye For An Eye suena más moderno aun perdiendo parte del encanto melódico de su predecesor, pero posee excelentes riffs de guitarra, mayor calidad de composición y mantiene la magnificiencia vocal de Engberg.

Independientemente de la cuestionable originalidad que pudo tener la banda en su época, lo más valioso del sonido de Twilight es el ambiente oscuro y de película de terror de los 80. Ése era el origen del sonido que ha hecho grande a su continuador, Beyond Twilight. ¿O deberíamos decir "Twilight Evolution"?


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La Bella y la Bestia (II)

Un sólo álbum ha bastado para ubicar a TRACEDAWN en un lugar privilegiado dentro del panorama metalero nórdico. La influencia de grandes bandas "melodeath" también salidas de Finlandia como Children Of Bodom y Omnium Gatherum queda patente en el sonido de Tracedawn.

Pero una de las cosas que distinguen a esta banda es su doble faceta vocal: Antti Lappalainen combina voces death con voces muy melódicas que sin duda nos recordarán a Scar Symmetry, y en la distancia incluso a Soilwork. Es lo que ya llamamos, en el blog dedicado a Scar Symmetry, la Bella y la Bestia...

No obstante, la música de Tracedawn parece poseer (y digo parece porque solamente tienen un trabajo oficial, el buenísimo Tracedawn (2008) (***)) grandes virtudes técnicas y compositivas: Jeremy Qvick no alcanza el nivel estratosférico de Per Nilsson de Scar Symmetry, pero tiene un nivel técnico francamente destacable. En lo compositivo, hay que recalcar el gancho melódico de los temas, que combinan potentes riffs y voces desgarradas con estribillos bien trabajados y con gran valor melódico. Las líneas instrumentales que se van intercalando, con melodías de guitarra dobladas y cambios de ritmo, incrementan la sensación de calidad de su música y acercan su sonido a oídos tal vez más progresivos.

Excelente manera de empezar.


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Maestros de la atmósfera

Si hay un grupo capaz de heredar el legado de Porcupine Tree sin morir en el intento, ése no es otro que RIVERSIDE.

Menos experimentales y eclécticos, pero más progresivos y regulares, su música alterna con maestría la contundencia guitarrera y la creación de atmósferas. Pero donde se hacen absolutamente únicos es en las extraordinarias bases rítmicas que, siempre inquietas, construyen el viaje entre los estados hipnóticos y el clímax guitarrero.

Este concepto de metal progresivo, igual que ocurre con Porcupine Tree y en cierto modo con Opeth, rompe totalmente con el estereotipo de la escuela Dream Theater: el origen no es Rush ni Black Sabbath, el origen son bandas como Pink Floyd o King Crimson, pero también otras como Radiohead o Depeche Mode. Eso sí, con unos cuantos decibelios de más...

Su espectacular aterrizaje con el trabajo de larga duración Out Of Myself (2003), fue el inicio de una discografía que no ha defraudado desde entonces. Second Life Syndrome (2005) y Rapid Eye Movement (2007) están a la altura de su opera prima, y han convertido a la banda polaca en una referencia obligada para muchísimas nuevas bandas que intentan emular ese sonido, sobretodo en su país pero también fuera de él.

De todas ellas, sólo una banda ha sido capaz de captar la esencia del sonido Riverside: INDUKTI. Esta banda también polaca, ha llevado más allá el ya de por sí latente instinto instrumental y atmosférico de Riverside, y le ha añadido alguna dosis extra de potencia. S.U.S.A.R (2005) es un trabajo excelso. Es una obra instrumental, aunque cuenta con la colaboración en algún tema del vocalista de los propios Riverside, Mariusz Duda. Es destacable cómo se mantienen las cadencias rítmicas al tiempo que los riffs se van transformando progresivamente. Y en el ambiente suenan tenues melodías de violín, haciendo las funciones que el teclado hace en la música de Riverside. Hipnóticos, atmosféricos, potentes y, por supuesto, guitarreros.

Y ése es el secreto: saber fusionar las atmósferas con las potentes bases metaleras. Eso es lo que hace grande a Riverside, y a Indukti. Y al que encendió un día la mecha: Mr. Steven Wilson.




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Perfeccionismo soñador

Empezaron hace unos diez años como una alternativa a iconos del metal progresivo como Fates Warning o, sobretodo, Dream Theater en una época en que no había muchas referencias en este estilo. Hoy en día, se puede afirmar que DREAMSCAPE ya es una banda valorada y respetada dentro del género.

Su último trabajo, 5th Season (2007) (**), define claramente las líneas de su música: contundencia guitarrera controlada, orientación melódica y un sonido muy perfeccionista. Hay mucho de Dream Theater en la música de DREAMSCAPE, como el émfasis por la tecnicidad instrumental (sin llegar a ser un virtuoso, Wolfgang Kerinnis es un guitarrista bastante dotado), o la épica melódica de la voz (Roland Stoll tiene un timbre muy cercano a James Labrie, e incluso le mejora). Es un trabajo inspirado en lo melódico y bien ejecutado técnicamente: posiblemente sea la mejor obra de la banda hasta la fecha.

El grupo se inició a finales de los 90 con dos trabajos sin grandes pretensiones , Trance Like State (1998) y Very (1999) (E) (éste con el conocido vocalista Hubi Meisel), y dio el salto con el notable End Of Silence (2004) (**), ya con Stoll en la voz. Es una obra bien compuesta, con trabajados intercambios de pasajes y melodías logradas, muy progresivo en general.

El siguiente lanzamiento, Revoiced (2005) (*), es mucho menos inspirado y el trabajo vocal tiene menor calidad, aunque no deja de ser buen metal progresivo melódico que satisfacerá a cualquier fan de Dream Theater, Vanden Plas o Pagan's Mind.

Ya en 2009, la banda alemana está actualmente buscando nuevo vocalista tras la reciente marcha de Stoll, lo cual es una pena ya que esta formación estaba dando buenos resultados. Esperaremos con interés para saber el nombre del nuevo vocalista y acudiremos una vez más a escuchar lo nuevo de una banda siempre fiable, en cierto modo previsible pero a la vez perfeccionista en cada una de sus composiciones.


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