domingo, 12 de abril de 2009

La fiera desatada

Mientras muchos ya andamos esperando la nueva entrega discográfica de Nevermore, la bestia parda del grupo nos regaló el pasado año un poderoso álbum en solitario para ir haciendo boca.

El trabajo del descomunal guitarrista JEFF LOOMIS, Zero Order Phase (2008) (**), es un muestrario de recursos técnicos y de acrobáticos ejercicios guitarrísticos que no están al alcance de muchos colegas suyos.

Y es que Jeff parecía necesitar un trabajo en solitario para liberar su indudable instinto de ínterprete solista. Su técnica de alternate picking es brillante y definida, con fraseos a altísima velocidad, y los pasajes de sweep picking son demoledores. Pero en Jeff Loomis es también destacable el depurado sonido que obtiene de su guitarra, luciéndose en fragmentos lentos al más puro estilo del legendario Jason Becker. La influencia del sonido neoclásico, con muchas reminiscencias al tándem Becker-Friedman (Cacophony), es más patente aquí que en los trabajos con Nevermore.

Pero el álbum es también una nueva ocasión para reafirmar que Loomis es uno de los mejores creadores de riffs metaleros desde Hetfield, Mustaine y Dimebag Darrell. Bases de guitarra aplastantes que nos retrotaen inevitablemente al sonido de Nevermore y que dan más alicientes al álbum que la ya de por sí admirable demostración técnica.

Recomendable la escucha.


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Twilight: los orígenes

Como si de una saga como Matrix, Star Wars o Terminator se tratara, muchos conocerán la historia de TWILIGHT por su final y no por sus inicios: a través de Beyond Twilight (véase blog del 25/4/08).

A pesar de que el éxito de Beyond Twilight es bastante reciente, los orígenes de la banda se remontan a mediados de los 90, cuando entonces se hacían llamar Twilight. En el sonido de aquella banda ya se apreciaba una interesante combinación entre melodía y oscuridad, fundamentada entre riffs heavy y agudas líneas vocales, todo lo que luego se manifestaría en la segunda época del grupo.

Lo cierto es que los dos trabajos del grupo, The Edge (2000) (**) y Eye For An Eye (2001) (**), reeditados de álbums anteriores de los 90, son realmente apreciables. El sonido es menos oscuro y progresivo que el de Beyond Twilight, pero ya apunta las líneas.

The Edge tiene un encantador aire a heavy melódico de los 80, con peculiares bases de teclado que te trasladan a Pesadilla En Elm Street, Halloween o Viernes 13, y una excepcional calidad vocal en el trabajo de Anders Engberg (destacable en proyectos como Section A o Book Of Reflections, entre otros). De hecho, la presencia de vocalistas con extraordinaria y aguda voz siempre ha caracterizado la música de ambas bandas, Twilight y Beyond Twilight. Eye For An Eye suena más moderno aun perdiendo parte del encanto melódico de su predecesor, pero posee excelentes riffs de guitarra, mayor calidad de composición y mantiene la magnificiencia vocal de Engberg.

Independientemente de la cuestionable originalidad que pudo tener la banda en su época, lo más valioso del sonido de Twilight es el ambiente oscuro y de película de terror de los 80. Ése era el origen del sonido que ha hecho grande a su continuador, Beyond Twilight. ¿O deberíamos decir "Twilight Evolution"?


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sábado, 4 de abril de 2009

La Bella y la Bestia (II)

Un sólo álbum ha bastado para ubicar a TRACEDAWN en un lugar privilegiado dentro del panorama metalero nórdico. La influencia de grandes bandas "melodeath" también salidas de Finlandia como Children Of Bodom y Omnium Gatherum queda patente en el sonido de Tracedawn.

Pero una de las cosas que distinguen a esta banda es su doble faceta vocal: Antti Lappalainen combina voces death con voces muy melódicas que sin duda nos recordarán a Scar Symmetry, y en la distancia incluso a Soilwork. Es lo que ya llamamos, en el blog dedicado a Scar Symmetry, la Bella y la Bestia...

No obstante, la música de Tracedawn parece poseer (y digo parece porque solamente tienen un trabajo oficial, el buenísimo Tracedawn (2008) (***)) grandes virtudes técnicas y compositivas: Jeremy Qvick no alcanza el nivel estratosférico de Per Nilsson de Scar Symmetry, pero tiene un nivel técnico francamente destacable. En lo compositivo, hay que recalcar el gancho melódico de los temas, que combinan potentes riffs y voces desgarradas con estribillos bien trabajados y con gran valor melódico. Las líneas instrumentales que se van intercalando, con melodías de guitarra dobladas y cambios de ritmo, incrementan la sensación de calidad de su música y acercan su sonido a oídos tal vez más progresivos.

Excelente manera de empezar.


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