lunes, 10 de octubre de 2011

Dream Theater: segunda etapa

Ahora que acaban de lanzar su duodécimo trabajo A Dramatic Turn Of Events, me interesa comentar los álbums de la que podemos considerar segunda etapa de la banda: desde 2003 (aunque habrá quien quiera contar desde 2002 con Six Degrees Of Inner Turbulence). Esta segunda etapa se caracteriza por un cambio estilístico hacia un sonido menos "progresivo" y más "metalero".


Train Of Thought (2003)

Es un álbum directo y enérgico, plenamente orientado al riff de guitarra aun a costa de una mayor profundidad compositiva y por tanto puede parecer algo superficial y menos elaborado que otros trabajos.

La línea del álbum queda patente en su primer tema, la simplista pero efectiva As I Am, donde voz y teclado asumen un papel secundario en beneficio de un espíritu más rockero. Sin una gran elaboración pero efectivas y resultonas son también This Dying Soul y la instrumental Stream Of Consciousness, dejando a la sutil Vacant el único pasaje tranquilo del álbum. Endless Sacrifice y Honor Thy Father contienen algunos de los mejores momentos: la segunda mitad del tema Endless Sacrifice está formada por una soberbia fase instrumental y final épico; el inicio de Honor Thy Father es rompedor y memorable, así como algunos de sus riffs. In The Name Of God es evocadora y posiblemente el tema más logrado e interesante del álbum.

Es un álbum donde la inspiración se sustituye por el poderío sonoro, donde los teclados y la voz ceden el protagonismo a guitarra y batería, donde las referencias a otros artistas se notan más que nunca, donde los solos de guitarra pierden detallismo en beneficio del desenfreno y, en definitiva, donde la banda consigue su objetivo: hacer un buen trabajo de rock sin contemplaciones.



Octavarium (2005)

Es un álbum oscuro, con muchos pasajes lentos y reflexivos pero suena algo discontinuo y deslabazado porque sus muchos contrapuntos desconciertan.

La apertura con The Root Of All Evil parece un retorno a Train Of Thought con su tono rockero y hasta convencional, posiblemente sea el tema más duro junto con la arrolladora Panic Attack, llena de fuerza y buen riff. El resto del álbum es de tono más suave, salvo algunos pasajes instrumentales: The Answer Lies Within es la típica balada de la banda, bien hecha pero repetitiva y endulzada, These Walls parece claramente orientada al gran público, y I Walk Beside You es un experimento blando y apenas rockero que no parece propio de la banda. Never Enough se queda a medio camino de todo: quiere explorar nuevas direcciones pero no encaja demasiado en el conjunto. Lo mejor del álbum está al final: Sacrified Sons es un brillante “in crescendo” donde la parte lenta explota en un final apoteósico. A continuación, el tema-título Octavarium es un mega-tema de 24 minutos con un largo e interesante desarrollo acústico y una espectacular fase instrumental, su único problema es que junto a Sacrified Sons acumulan pausas acústicas demasiado largas que pueden resultar algo monótonas.

Se trata de un álbum de extremos, posiblemente difícil de digerir, y cuyos pasajes geniales (que los hay) quedan eclipsados por una muy cuestionable elección de los temas.



Systematic Chaos (2007)

Es un álbum guitarrero, uno de los más contundentes de la banda, construido desde la rítmica y el riff aunque con varias caras, muestra destellos metal-progresivos interesantes y algún detalle melódico de los de antaño.

El álbum retoma la fuerza de Train Of Thought (casi olvidada en Octavarium) con temas tan poderosos como Constant Motion y The Dark Eternal Night, suaviza el tono la muy accesible Forsaken (destinada al nuevo público) y no convence la aventura pseudo-melódica Prophets Of War, como ya pasó con otros experimentos anteriores. The Ministry of Souls utiliza una vez más la fórmula “lenta con parte instrumental metalera”, un poco repetitiva después de sobreexplotarla en Octavarium, y los momentos más sublimes del álbum son para el doble tema de apertura y cierre In The Presence Of Enemies. La apertura (Parte I) es un tema multirrítmico, con una intro instrumental y un desarrollo vocal interesante y bastante “progresivo”; el cierre (Parte II) es una composición de casi 17 minutos, donde la banda reencuentra la épica y la esencia de su sonido aun sin perder la contundencia de los últimos años.

En definitiva es un álbum donde la falta de lírica y fantasía se sustituye por el efectismo sonoro de un predominante Portnoy en la batería y sobretodo de un omnipresente Petrucci que despliega riffs atronadores y espectaculares en la guitarra.



Black Clouds and Silver Linings (2009)

Es un álbum compacto y homogéneo, a ratos explosivo aunque no excesivamente creativo, los temas son largos y suenan consistentes, y por fin se juntan de un modo natural melodía y fuerza guitarrera.

A Nightmare To Remember es una apertura convincente, que anticipa el tono general del disco: riffs potentes, diversidad de ambientes y clímax melódico. En esta línea están también The Shattered Fortress, con reminiscencias a Metallica y un descomunal solo de Petrucci (y no es el único), y el cierre del álbum The Count Of Tuscany, tema de 19 minutos con diversos pasajes algunos de los cuales recuerdan mucho a los Rush. Dignísimo homenaje a los Rush es también The Best Of Times, el tema más “progresivo” del álbum, A Rite Of Passage es más riffero y recuerda a los trabajos más recientes, y Wither es la clásica balada de la banda, impecable pero una más entre muchas.

Aunque las composiciones suenan a algo ya escuchado anteriormente (de los propios Dream Theater, de Liquid Tension y de otras influencias de la banda), lo cual resta originalidad, también es cierto que el trabajo tiene buenas dosis de todo y es más fluído que los dos anteriores. Es un gran álbum de “metal” y un muy correcto álbum de “prog metal”, que nos recuerda en algunas cosas al Six Degrees Of Inner Turbulence.




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*** Muy Bueno ** Bueno * Interesante E Escuchable F Flojo

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