
Hace algunos años apareció una banda llamada Nevermore y, en cierta forma, revolucionó el concepto de power metal que había desde la época de Pantera. Y lo hizo presentando una propuesta distinta en el aspecto vocal: en contra de lo habitual, presentó voces agudas y melódicas... pero no por ello menos contundentes. La escuela de Warrel Dane y Nevermore ha tenido sus discípulos, y el más aventajado de todos se llama COMMUNIC.
Communic es un grupo noruego con dos lanzamientos discográficos a día de hoy, si bien a finales de este mes sale a la luz su tercer trabajo, que esperamos con gran interés y en su momento comentaré. Su propuesta se parece a la de los Nevermore en bastantes facetas, sobretodo en el poderío que desprende su música sin necesidad de sonar ruidosos ni sobrecargados como otras bandas. Y esa contundencia procede de sus potentes riffs de guitarra y, en general, bases instrumentales. Como elemento vertebrador, los riffs de guitarra se suceden uno a otro dentro de cada corte (que suelen ser largos, entre 6-10 minutos de media), sonando claros y muy bien definidos. A diferencia de Nevermore, los riffs no suelen tener demasiada complicación técnica pero tienen la virtud de conectarte enseguida a las canciones, y suenan igual de contundentes. A menudo los alternan con partes acústicas para lograr in crescendos poderosos. En cuanto a los solos de guitarra, desde la primera canción queda claro que el virtuosismo no es un elemento importante en el concepto musical de la banda, en contraste con la excentricidad técnica del admirado Jeff Loomis de Nevermore.
La mayor habilidad del grupo es, no obstante, el saber encajar líneas vocales efectivas dentro de esa solvencia rítmica. Para ello utilizan estructuras melódicas en el estilo Nevermore, que parecen ir en una dirección distinta al riff y así consiguen romper la monotonía habitual en otros grupos de power metal. El trabajo vocal de Oddsleif Stendsland es incluso superior al de Warrel Dane en todos los álbums de Nevermore salvo en The Goddless Endeavor, donde éste lo borda. Es una voz melódica pero majestuosa, aguda pero agresiva cuando corresponde, y con sorprendente registro. En ningún caso le resta poder al concepto musical.
De sus dos álbums, recomiendo activamente el segundo, Waves Of Visual Decay (2006), porque mejora en todo al anterior, Conspiracy In Mind (2005). En el fondo, las composiciones de ambos álbums son muy similares, pero en el segundo la producción y calidad de sonido es impecable, los arreglos muy bien trabajados y las composiciones mucho más inspiradas. En cierta forma, el segundo trabajo perfecciona, pule y redondea al primero.
No es metal progresivo, pero la propuesta musical es enormemente recomendable.